En otoño, generalmente en Septiembre, la única hoja verde de la Calypso bulbosa, emerge del tallo y sobrevive todo el invierno, en ocasiones bajo la nieve. Cuando la primavera llega, la orquídea florece. En Europa, esto ocurre en cuanto la nieve se derrite , mientras que en América ocurre hasta Mayo o Junio. La flor es capaz de resistir remanentes de nieve también, y algunas heladas tardías. Poco después de que la flor abre, la única hoja se marchita y cae.
La flor no posee nectar por lo que atrae a sus polinizadores a través del engaño. La fragancia y forma de la flor imita a aquellas que si tienen nectar y atrae a los abejorros, que se posan sobre el labio y entran en ella buscando polen, restregándose en la columna de la flor y permitiendo que el polen se pegue en ellos, para así transferirlo a la siguiente flor. Seguida la polinización, la flor se marchita en poco tiempo. Para el final del verano, la cápsula de la flor se ha abierto, regando sus semillas. Aquí la planta entra en su período latente hasta Septiembre, cuando producirá una nueva hoja y el proceso comenzará de nuevo.
Recibe su nombre de la ninfa marina Calipso, hermana del gigante Atlas en la mitología griega. Según la Odisea, su legendaria belleza embrujo y retuvo durante siete años a Ulises.
La Calypso bulbosa es una orquídea terrestre ampliamente distribuida por la zona boreal de América, Europa, Asia y Japón.
Es una orquídea enana con un tallo de entre 7 y 19 centímetros desde el que pende una única flor, pequeña y olorosa de color rosa o púrpura, acentuado por una mancha blanca en la parte inferior del labelo, puntos de color púrpura más oscuro y rayas amarillas.
Hay tres variedades separadas por continentes o cadenas montañosas. La primera, es la más conocida y es la que podemos ver en Europa y el norte de Asia. La segunda sería la variedad americana, que se encuentra en la vertiente este de la Sierra Nevada norteamericana y, finalmente, la conocida como “ occidentalis” que se puede ver en la vertiente oeste de Sierra Nevada.