13/11/13. La Universidad de Cuenca ha codificado 84 tipos de esas planta.
En cada producción se obtiene un promedio de 50 plantas. Este mecanismo es empleado con fines educativos, ambientales y comerciales. El Ministerio de Ambiente avala y controla esta actividad que va tomando fuerza.
Crear nuevas especies de orquídeas y recuperar aquellas en peligro de extinción son objetivos cumplidos gracias a la producción in vitro.
En Cuenca, varias instituciones educativas y comerciales emplean ese mecanismo y obtienen, en promedio, alrededor de 50 plantas en cada producción.
Rafaella Ansaloni, responsable del Laboratorio de Micropropagación de la Universidad de Cuenca, explicó que la donación de equipos fue clave para incursionar en este nuevo campo.
La técnica empezó hace 13 años con el cultivo de varios tipos de orquídeas. La Universidad de Cuenca lo hace desde 2010.
La mayoría de especies de orquídeas existentes en los bosques está sufriendo un proceso de disminución por causa de la tala y quema de los bosques y de la extracción de su habitad natural.
Son depredadas y comercializadas ilegalmente y pueden llegar a desaparecer. Las técnicas de propagación in vitro a partir de semillas es una alternativa para evitarlo, pero sin abusar de ella.
Según los entendidos, su reproducción debe ser en cantidades adecuadas y las plantas deben ser distribuidas a viveros.
En Cuenca, están en peligro de extinción algunas variedades de las Oncidium.
Hasta el momento, especialistas del Orquideario de la Universidad de Cuenca han clasificado 84 especies. Algunas son híbridas, es decir, creadas por medio de la fecundación cruzada de dos variedades de una misma especie. Otras son originales o puras.
Tanto las orquídeas híbridas como las naturales han sido sometidas a la producción in vitro.
Este es un mecanismo especial que se inicia con la búsqueda y elección de las semillas.
Según Jessenia Romero, laboratorista del Orquideario, esta acción es determinante en el proceso de producción.
Dependiendo de la especie, cada planta tiene un tiempo de maduración, que va de tres a 20 meses. Por eso es clave la elección de las semillas. Una mala elección puede retrasar años la producción de nuevos ejemplares.
El siguiente paso es la preparación del medio de cultivo, que consiste en un pequeño frasco de vidrio que contiene, entre otros ingredientes, agua de coco, micronutrientes, macronutrientes, azúcar y carbón.
Para que el experimento sea exitoso hay que tomar en cuenta varios aspectos técnicos, explica Jessenia Romero.
Una condición básica es trabajar en un ambiente totalmente higiénico para evitar la proliferación de hongos que pueden echar a perder la producción. (MAN)
‘El proceso no supone peligro’
¿Cuáles son las ventajas de la producción in vitro?
Uno de los puntos a favor de la producción in vitro es que se han reproducido especies en peligro de extinción, especies que no se conocían en estado natural sino solo en los orquidearios y en casas de los coleccionistas. Son ejemplares únicos propios de los países andinos y de la región sur de Ecuador.
¿Es fácil iniciar una producción in vitro?
Ahora es mucho más fácil. Antes de 2000 era imposible debido al costo de los aparatos. En el caso de la Universidad de Cuenca, se logró desarrollarlo gracias a la donación de equipos. Actualmente, la instalación de un laboratorio de micropropagación requiere de una inversión de cerca de $15 000.
¿Hay algún de riesgo con este tipo de producción?
No, no representa ningún tipo de peligro. La única limitación que tiene la producción in vitro es que no todas las orquídeas pueden ser reproducidas a través de este mecanismo.