Un trabajo sobre las micorrizas de estas plantas y otro sobre su distribución espacial en la Reserva de Yotoco fueron reconocidos con el tercer puesto en el Congreso Internacional de Orquídeas Andinas.
En este destacado evento académico internacional —celebrado en Ecuador y que reunió a cientos de investigadores del mundo que se dedican a su estudio—, el grupo de Orquídeas y Ecología Vegetal de la UN en Palmira presentó doce trabajos investigativos, siendo el grupo con el mayor número de estudiantes asistentes al evento.
Con proyectos relacionados con micorrizas de orquídeas y enfocados en su diversidad en el Pacífico, bacterias asociadas a especies amenazadas (como la catleya cuadricolor), orquídeas de los bosques del Valle del Cauca, distribución espacial de Yotoco y otros trabajos conjuntos con otras instituciones, la UN de Colombia dejó ver su talento.
Dos de ellos se destacaron por su relevancia científica: el estudio sobre micorrizas de vainilla y el de su polinización y distribución espacial en Yotoco; ambos desarrollados por las estudiantes Ana Teresa Mosquera y Dora Helena Ospina, investigadoras del grupo. Estos lograron el tercer puesto en mejor póster de investigación.
“En el primer proyecto se reconoció el esfuerzo por desarrollar estrategias de cultivo que involucren la interacción microorganismo-planta. En el otro, la descripción de un sistema que tiene un potencial para entender algo que muchos ecólogos evolutivos han llamado ‘el misterio abominable de Darwin’: por qué las orquídeas no producen néctar para atraer a sus polinizadores”, dice el profesor Joel Tupac Otero, director del grupo.
El estudio de polinización está encaminado a entender las dinámicas poblacionales de las especies para usar esa información en programas de conservación y hacer un manejo de sus poblaciones que les garantice una sostenibilidad.
Según el investigador, esta es una planta de gran valor económico a nivel mundial como especie ornamental, pues su comercio, como flores de corte o vivas, mueve en el mundo alrededor de 2 billones de dólares anuales.
Sin embargo, el profesor Otero indica que su grupo ha puesto los ojos sobre estas especies “porque son la familia más diversa del mundo, y en la medida en que se van perdiendo los ecosistemas, también se pierden especies sin ni siquiera haber sido descritas para la ciencia. Por eso, este es un esfuerzo para conservar las especies, sus hábitats y documentar la riqueza natural del país”.
El grupo de investigación trabaja desde el año 2000 y fue registrado en Colciencias en el año 2006.
Su director afirma: “lo más importante es que el semillero de investigación ya está empezando a dar sus frutos; son graduandos que han tenido un desempeño ejemplar en congresos internacionales, lo que nos ha permitido estimular a los estudiantes que ingresan al semillero y mostrarles que existe un gran potencial científico; es demostrar que el trabajo que hace la UN es reconocido”.
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